Has escuchado o quizás alguna vez has dicho frases como: “me siento mejor que el jefe” o “no sé porque mi jefe llegó a ese puesto, yo lo haría mejor”.

Quiero platicarte sobre un concepto que indica un problema serio. Me refiero a la “parentificación”. Es sumamente común y también daña mucho el funcionamiento de las empresas u organizaciones. Evita su crecimiento.

¿De qué se trata?

Indica que el orden sistémico se ha roto en una empresa u organización, que la estabilidad y el progreso están en peligro. Aunado a lo anterior, en el clima laboral, existirá mucha inquietud y pérdida de energía. La cultura organizacional se tornará inestable y voraz.

Cuando se da la parentificación, los y las colaboradores suelen centrar su atención y sus energías en aferrarse a su puesto, en lugar de cuidar su trabajo y de colaborar con la misión de la empresa para la que laboran.

¿Cómo se da la parentificación?

Esto es un fenómeno sistémico cuando alguien de un rango menor asume las responsabilidades de un puesto directivo, porque el directivo se encuentra envuelto en un mar de situaciones que lo hacen estar desenganchado a su puesto, a su tarea, en un aura de ausencia.

¿Qué manifiestan los colaboradores?

Algunas veces responsabilidad extra, otras veces enojo. Sienten como si el barco no tuviera capitán y tuvieran que hacerse cargo. Inclusive manifiestan lo anterior con un tufo de superioridad, sobre quien tiene el puesto directivo.

Por ejemplo; cuando un profesional especializado en algún departamento se siente y actúa como si fuera más competente que el jefe, sobre todo en lo que respecta al contenido técnico de su actividad, es decir, en la operación.

Ves que común es este fenómeno sistémico

Esta situación ocasiona una problemática general, que se va manifestando como un efecto dominó. En donde la sensación de sentirse mejor que las jerarquías es una constante. Ya te podrás imaginar todo lo que esto ocasiona.

Una mirada desde el orden sistémico

Desde esta óptica, lo que se transgrede es el orden de jerarquía. ¿por qué, quien tiene que liderar no lidera?, ¿en dónde ha quedado su voluntad? Me ha tocado consultar a estos líderes y manifiestan como si su voluntad estuviera secuestrada.

¿Te ha pasado esto?, en donde sabes que eres capaz y terminas no pudiendo con la encomienda. O quizás te hayas percatado de esto, ya no desde quien se asume mejor, sino siendo empático con el directivo. Si es que te ha pasado, pudiste haberte dado cuenta que no es una cuestión ni de talento, ni de habilidades, que hay algo más profundo.

¿Esto se resuelve?

Sí, ¿cómo?, restableciendo el orden sistémico, a través de una constelación organizacional u otras herramientas dependiendo de cada caso en particular. Lo que se busca es sacar a la luz eso que quedó tatuado en la memoria de la organización o empresa y que no deja que algunos directivos tomen su puesto y su responsabilidad.

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